jueves, 14 de junio de 2012

HACIA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD Y EN VALORES

La sociedad actual nos presenta un ser humano que mira con escepticismo la vida futura, no conoce lo que se espera de él, sus temores crecen al no saber cuál es su rol concreto en este mundo global. Se sabe que deberá adaptarse a cambios constantes, que deberá ir al ritmo de los avances científicos y tecnológicos, tendrá que desarrollar capacidades que le permitan interrelacionar saberes, capacidad para establecer relaciones humanas que atiendan a la socialización de personas diversas, habilidad para aprender de ellas sin establecer diferencias. Desarrollar conocimientos, valores, habilidades sociales y desarrollo de la inteligencia emocional, adaptación fácil a los cambios que genera el progreso, una mentalidad abierta a los nuevos conocimientos. Estas competencias han de tenerse presente en los nuevos enfoques educacionales, pues desde ahí se tendrá que generar un nuevo concepto de educación que prepare a los niños y jóvenes para enfrentar a la sociedad del siglo XXI. En un contexto donde el ser humano pierde valorización, la persona debe estar preparada para recibir y adherir valores que le permitan enfrentar a la vida con dignidad y posibilidad de superar los vacíos de sentido, para que no se entregue al conformismo a cualquier situación de debilitamiento de la realidad, por eso es que las instituciones educativas deben transmitir una educación que eduque a la persona en el sentido de la responsabilidad dónde él sea protagonista de su entorno asumiendo las consecuencias de sus acciones y sea capaz de dar cuenta de su actuar en la sociedad y a su vez de construir un cuerpo de principios que reflejen las virtudes adquiridas en el proceso de aprendizaje. Por eso se hace necesario que la educación asuma un rol activo con una propuesta de aplicación de virtudes y un plan de estimulación de las potencialidades afectivas cognitivas y volitivas de la persona. De esta manera estaremos formando a los estudiantes para enfrentar con madurez y sentido moral los vaivenes del mundo actual, además, es necesario ayudar a los padres a que asuman con responsabilidad la formación de valores de sus hijos. Para llegar a ser una institución educativa con alto desempeño, es necesario crear ambientes institucionales y pedagógicos integrados para promover el aprendizaje de los contenidos curriculares y de sus enseñanzas. Esta es responsabilidad de toda la comunidad educativa, que se hace responsable de los resultados y expresa claramente los objetivos y los logros que desean alcanzar, mediante ellos podemos medir el avance de los aprendizajes y evaluar las condiciones de mejoramiento académico. El sistema educativo nacional requiere de profesores idóneos y altamente calificados, que influyan significativamente en los aprendizajes de sus estudiantes y en la mejora de la calidad escolar. Para cumplir este propósito es preciso saber si los profesores poseen los conocimientos y competencias esperados, en qué consisten, cómo desarrollan sus prácticas educativas y cuán satisfactorio es el desempeño que tienen en el aula y en la escuela. Actualmente la Dirección de Educación Pedagógica del Ministerio de Educación, viene promoviendo un plan piloto de evaluación del desempeño docente donde se definen las competencias y desempeños para mejorar el aprendizaje de los estudiantes , siendo una de sus características mas relevantes la incorporación de la autoevaluación como estrategia clave para fomentar una cultura evaluativa e involucrar activamente a los profesores en la reflexión sistemática de su práctica pedagógica , identificando sus oportunidades de mejora. Es necesario apoyar esta iniciativa y felicitar a los docentes que, ejerciendo su libertad y convencidos de su responsabilidad social con la educación del país, asumen la evaluación del desempeño docente como una oportunidad para renovar su compromiso con la sociedad, el magisterio y el estado.